Es una persona creyente que está implicado en su parroquia. Hablamos de la dificultad que tiene en su trabajo y en su ambiente de manifestarse como es: como una persona cristiana. En la conversación me habló de una película – documental, titulado “Converso” y me animó a que lo viera. En ello estoy. “Converso” es la primera persona del presente de indicativo del verbo conversar. Yo converso, yo hablo… Es también la persona que ha adoptado una ideología política o religiosa distinta a la que mantenía hasta entonces. Es un “convertido”.
En el encuentro y la conversación con esta persona me recordó que estamos en una sociedad en la que la cuestión religiosa y la percepción que tenemos de nuestra Iglesia católica provoca reacciones contradictorias.
Es verdad que hay razones de sobra para cuestionar y criticar posturas y acciones eclesiales. Pero también es verdad que necesitamos vivir nuestra fe en comunidad, en Iglesia. La fe cristiana nos ayuda a conectar con la realidad de muchos aspectos de nuestra vida a los que solo se accede desde la sinceridad y la búsqueda honrada de la verdad.
El verano es un buen tiempo para situarnos también en esta búsqueda. Los días de vacaciones nos permiten reencontrarnos con personas, tradiciones, celebraciones y fiestas que forman parte de nuestra vida, de nuestros pueblos, de nuestras tradiciones....
En ellas y entre ellas encontramos ánimo para seguir haciendo frente a al vida. Este tiempo, tal vez más que ningún otro, permite que toda persona encuentre un mayor equilibrio tanto consigo misma como con los otros, con el ambiente y la naturaleza.
Por ser tiempo de descanso, deberíamos cuidar los momentos de interioridad, de reflexión personal, de silencio, de escucha. De hecho, un elemento u objetivo de las vacaciones es, precisamente, que cada uno se encuentre más a sí mismo, y halle el propio pensamiento y una verdadera libertad.
El tiempo de verano nos permite también ahondar en la experiencia de Dios. De este Dios Amigo de la vida. El Dios que nos acompaña y da fuerzas y ánimo para avanzar en el camino y el sentido de la propia vida.
Benjamín Echeverría
Provincial de los Capuchinos