En este mes de abril celebramos la gran fiesta de nuestra fe, la Pascua de Resurrección. Somos cristianos porque creemos que Jesús está vivo y presente entre nosotros. Nuestra fe parte de la experiencia que nos trasmitieron aquellas personas que estuvieron en contacto con Jesús. Durante los próximos días, en este tiempo pascual, guiados por la palabra de Dios, iremos recordando aquellas experiencias que marcaron la fe de la primera comunidad cristiana. Con su lenguaje nos dicen que se apareció a los suyos, se dejó tocar, estuvo con ellos, les acompañó por el camino, tuvieron dificultades para reconocerlo, etc.
La Iglesia nos propone este tiempo de Pascua para hacer nuestro propio recorrido como personas resucitadas. Como a alguno de ellos, también a nosotros nos cuesta creer cuando no vemos. Nos cuesta mantener viva la esperanza en medio de las dificultades y de la oscuridad que tantas veces nos envuelve … Le pedimos al Señor Resucitado que sea Él quien corra la piedra y nos quite la losa que nos cubre.
En este tiempo de Pascua, de alegría, de fiesta, de vida, me ha venido a la memoria la canción del dúo zaragozano Amaral, titulada “Resurrección”. El estribillo afirma lo siguiente: “haces que se vaya mi melancolía. Me devuelves de nuevo a la vida”. Eso es lo que en este tiempo queremos celebrar y lo que también le pedimos a Dios. Él es el Dios de la vida, el “Amigo de la Vida”. Que Él nos pueda dar la paz y las fuerzas que necesitamos para hacer frente a la vida. Que nos ayude a creer en nosotros mismos, en la vida, en las personas que nos rodean.
Celebrar la resurrección es celebrar la vida y, en esa celebración, hasta la misma creación nos acompaña.
Benjamín Echeverría
Provincial de Capuchinos de España