Continuamente en la tradición católica acudimos a María para que, como dice el Papa, desate todo tipo de nudos que va creando el paso de los días. En la tradición capuchina la nombramos como “Divina Pastora”, “Madre del Buen Pastor”. Expresamos así nuestra fe en la cooperación de María Madre a la obra de pastoreo de su Hijo, el Buen Pastor, siendo conscientes de que la misión de pastorear a los seres humanos corresponde a Jesucristo.
El concilio Vaticano II presenta a María, Madre de Jesucristo, como “prototipo y modelo para la Iglesia”, y la describe como mujer humilde que escucha a Dios con confianza y alegría.
Desde esa misma actitud hemos de escuchar a Dios en la Iglesia actual. También a nosotros, como a María, se nos confía una misión: contribuir a poner luz en medio de la noche. No estamos llamados a juzgar al mundo sino a sembrar esperanza. Nuestra tarea no es apagar la mecha que se extingue sino encender la fe que, en no pocos, está queriendo brotar: Dios es una pregunta que humaniza.
El último gran documento del Papa Francisco que nos habla sobre la santidad en el mundo actual, como suele suceder con estos textos eclesiales, concluye con una alusión a la Virgen. Dice el Papa: Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve, María…».
María nos enseña como nadie a seguir a Jesús, anunciando al Dios de la compasión, trabajando por un mundo más fraterno y confiando en el Padre de los pequeños.
Benjamín Echeverría
Provincial de los Capuchinos